Jorge Enrique Botero, periodista |
Albert Camus, periodista, filósofo francés y
ganador del premio Nobel de Literatura aseguró una vez que una prensa libre
puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que
mala. Puede que existan pésimos, terribles, lamentables periodistas; pero
también existirán comunicadores completos que procuren hacer su trabajo lo
mejor posible: contrastando la información, consultando una intensa variedad de
fuentes y, definitivamente, exponiendo tantos puntos de vista como sea posible.
De lo contrario, la prensa será mala y como
consecuencia su trabajo estará mal hecho; no informará bien a los ciudadanos,
no les permitirá una participación concienzuda y argumentada, no hará bien su
trabajo y puede, incluso, que los obligue ha pensar y decir cosas sin
fundamento.
Siempre es necesario que aún cuando sea
incómodo o sesgado, alguien, si es que los medios de comunicación no lo hacen,
muestre el otro lado de la moneda. Así, de pronto, la prensa será buena o mala,
pero no perversa.
Este es el caso de Jorge Enrique Botero, un
periodista que ha logrado destacarse en Colombia porque es un profundo
conocedor y admirador de las FARC, ha desatado fuertes polémicas y a quien se
le han cerrado las puertas a ejercer el oficio del periodismo en los medios
“tradicionales del país”.