El jueves 23 de agosto 10 mil
estudiantes chilenos protagonizaron nuevas manifestaciones. Las marchas se
realizaron simultáneamente en 14 barrios de Santiago de Chile y fueron
convocadas por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES).
Finalizando la jornada de protesta, alrededor de 140 estudiantes fueron
detenidos y 18 carabineros (policía militarizada) resultaron heridos, según
cifras de la Intendencia Metropolitana de la capital chilena.
Profesores y centrales
trabajadoras de todo el país se unieron a los estudiantes chilenos quienes
desde junio del año pasado protestan para cambiar la Ley General de Educación.
Esta deja al estado como un regulador de la educación y delega la educación
superior y media a instituciones privadas.
Estas manifestaciones habían
sido organizadas por la Confederación de Estudiantes Chilenos (CONFECH) en
reclamo del financiamiento de la
educación por parte del Estado, por retrasos en becas y por problemas con la
Tarjeta Nacional Estudiantil (TNE). Las marchas se habían detenido
paulatinamente desde octubre luego de que el gobierno respondiera con proyectos
de ley que aún hoy prometen asegurar la calidad y la cobertura de la educación
de los estudiantes chilenos.