miércoles, 26 de septiembre de 2012

Un orador sin voz


Por David Jáuregui

Una buena parte de los problemas institucionales radica en la falta de comunicación entre los ciudadanos y los gobernantes. La comunicación política, tanto como la comunicación pública, son fundamentales para que el funcionamiento y el desarrollo de los planes de gobierno se lleven a cabo con éxito. 



Sin embargo, como el equipo de investigadores de la Pontificia universidad Javeriana de Cali explica en su investigación presentada en el segundo panel de jóvenes investigadores de WAPOR, los problemas institucionales en cuanto a los canales de comunicación tienen serias deficiencias.

Estas dificultades para transmitir la información entre los funcionarios públicos afectan seriamente el correcto funcionamiento de las instituciones, así como la interacción entre ciudadanos y servidores públicos. Laura Guerrero, presentadora de la investigación: “La comunicación en la gestión pública local”, explicó que lamentablemente “en Colombia la comunicación política y pública no han funcionado correctamente y en muchos casos circula solo para dar cuenta del gobernante, pero no para generar eficiencia en la institución”.

Esto significa que en las instituciones, particularmente en los municipios, no hay interacción eficiente entre los gobernados y los gobernantes. Como resultado, en muchas ocasiones, los votantes se ven defraudados puesto que los planes de gobierno no se desarrollan porque algunos equipos de gobierno “solamente dan cuenta de la información financiera más no de información institucional”, explicó el equipo investigador. Lo que dificulta seriamente que los proyectos propuestos por los políticos puedan hacerse realidad.

Este tipo de situaciones son el reflejo de la organización y del bienestar del Estado. Una institución que no tenga buena interacción comunicativa es como un orador sin voz.

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