lunes, 22 de agosto de 2011

La escuela de la infamia: la muerte de una artista

Cobardes. Asesinos, cobardes, abusivos... ¿Qué más se puede decir de una persona que dispara por la espalda a una persona inocente?¿Qué podemos esperar los ciudadanos si la misma policía dispara a quema ropa a un civil desarmado e inocente?¿Qué es del futuro de los colombianos si la fuerza pública que se supone está para protegernos ataca a los artistas y los trata como si fueran los delincuentes a los que ellos dicen "capturar"? 

Es un insulto para todos los colombianos que la policía ahora se de el gusto de matar jóvenes sin siquiera tener argumentos con los que defenderse, ya ni siquiera lo planean, ahora lo hacen sin vergüenza, como si se tratase de un animal, de un ser sin vida. No es posible que ya no sólo asesinen por intereses políticos sino que se dediquen a asesinar artistas, personas que expresan su ser social y sus ideas en dibujos, en música, en poesía, en libros... Me indigna y tiene que indignarlos a todos, cegar una vida por capricho de un civil mal educado, irresponsable, inconsciente vestido con uniforme y placa no es un acto que deba pasar desapercibido; tiene que ser el detonante que demuestre que ni Bogotá, ni cualquier parte de este país es un lugar seguro para quienes dedican sus vidas a algo más que la política o la delincuencia (casi la misma cosa en Colombia).

La vida de Diego Felipe Becerra no era una vida prescindible, como la de ningún colombiano, pero la impunidad reina y la estupidez de estos (con todo respeto, yo sé que muchos, espero que la mayoría, no lo son) salvajes con armas pagadas con nuestros impuestos anden por ahí garantizando el miedo y la injusticia propia del país enfermo en el que vivimos.

¿Cómo es posible que el padre del muchacho escuche a DOS CORONELES Y DOS MAYORES diciéndole a otro oficial que mentiras decir y en qué estadísticas basarse para proteger la institución que por intocable mata?¿cómo, cómo, cómo!!!!!!???

Los primeros reportes oficiales dicen que los agentes iban tras unos atracadores que habían asaltado una buseta. Aunque lo dudo, si fuese así, como muestra el reportaje del EL TIEMPO (no me gusta leerlo pero tenía, esta vez, la información más completa) es lamentable que no puedan demostrar dónde está la buseta o los pasajeros que fueron asaltados, y que lo único que tienen a su favor es un arma que con seguridad nunca estuvo en las manos que por no dispararla pintaban.

Es infame que los padres de este joven hayan contribuido con impuestos (que salen de su trabajo y su esfuerzo de quién sabe cuántos años) y que ese mismo dinero haya pagado las dos balas y el sueldo del victimario de su propio hijo. Es infame que lo más probable es que los tributos que han pagado a este país no alcancen para pagar la justicia que deben estar esperando.

No lo conocía, mentiría si lo hiciera, y tampoco tengo hijos, pero por naturaleza sé que es uno de los peores sufrimientos que puede sentir un humano, la muerte de un hijo. Tampoco me gustaría que mataran a mi hermano o al cualquier amigo mío. Es más no me gusta y no tiene porqué gustarle a cualquiera que maten a una persona; la muerte de una persona no tiene porque ser celebrada.

Tal parece que los amigos y parientes de "Tripido" van a organizar una marcha en protesta de su muerte y de este tipo de actos el Sábado 27 de agosto. Yo voy a asistir.


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